Reflexión basada en la lectura "Cities and Citizenship".
Por lo general cuando hablamos de ciudadano, ciudadanía y ciudad se sobre entiende que estos están en un campo común; se da por sentado que hay una relación única y perpetua entre estos tres conceptos. ¿Pero es esto verdad o es una perversión de tales conceptos? ¿Qué tipo de relación guardan estos tres vocablos, de dependencia, integración o contradicción?
La idea de Ciudad remite inmediatamente a conglomerados de personas que habitan en pequeñas regiones que evolucionan en una interdependencia y en una red de relaciones altamente compleja y que determina el comportamiento de los que en ella están inmersos.
La voz Ciudadanía puede ser entendida como aquel carácter que una persona a nivel individual y colectivo interioriza por el hecho de ser parte de una ciudad y desarrollar su vida dentro de tal contexto.
Y por último, la palabra Ciudadano sirve para identificar a tal o cual individuo parte de una colectividad que ejerce la capacidad de la ciudadanía y que involucra una toma de conciencia de tal estadio en su persona.
La voz Ciudadanía puede ser entendida como aquel carácter que una persona a nivel individual y colectivo interioriza por el hecho de ser parte de una ciudad y desarrollar su vida dentro de tal contexto.
Y por último, la palabra Ciudadano sirve para identificar a tal o cual individuo parte de una colectividad que ejerce la capacidad de la ciudadanía y que involucra una toma de conciencia de tal estadio en su persona.
Esta visión de interacción de los tres conceptos tiene una visión principalmente semántica y de agrupación, ya que sólo se direcciona hacia una particularización de un fenómeno abstracto: si naciste en una ciudad como el DF, entonces tienes la ciudadanía de México y del DF y te identificas como residente ciudadano del DF.
En contraste, en el contexto de la globalización y su crisis identificación nacional, así como el auge de la urbanización capitalista la relación entre ciudad, ciudadanía y ciudadano debe tomar un matiz diferente. Estos tres conceptos tienen que direccionar para convertirse en los elementos que den espacio a la contradicción de los fenómenos que se experimentan en la vida común.
Al mismo tiempo que utilizamos tales conceptos como medios para entender y lidiar con la contradicción de la vida en común debemos dejar de usarlos, entenderlos y exponerlos como si uno fue un nivel inferior/superior de los otros y comenzarlos a ver como procesos que son propios de la vida violenta en comunidad de hombres y mujeres.
El siguiente cuadro refleja los postulados expuestos y la dirección que debería dársele a tales conceptos con el objeto de hacerlos operables en la realidad violenta que esta inmersa en el proceso de urbanización de las comunidades humanas.
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