miércoles, 23 de febrero de 2011

La ambigüedad de lo urbano y de lo rural

Reflexión basada en el texto "Planet Slums" de Mike Davis 


Recorrer la autopista México-Toluca en su tramo Santa Fe-Cuajimalpa-Lerma se ha convertido en los últimos años en un fenómeno completamente diferente de lo que fue hace apenas 10 años atrás. Cuando tenía cerca de 12 años y recorríamos la autopista con dirección a la Marquesa o a la Ciudad de Toluca y en cuanto cruzábamos la primera caseta de cobro la ciudad desaparecía, no más casas, no más edificios, no más tiendas y no más cúmulos de personas viviendo la contradicción de la vida citadina. Hace apenas unos meses tome el mismo camino y descubrir lo diferente que es ese tramo de la carretera entre los límites de la Ciudad de México y el Estado de México. 

Cada vez es más común que la forma de vida citadina y que las prácticas con ella se conllevan se inserten en esas regiones que son próximas a la gran ciudad, pero lo sorprendente es que lejos de rechazar o de buscar ponerle un alto a tales fenómenos, las personas que habitan en tales localidades se han adecuando y han buscado incorporarse en la nueva dinámica intermedia de urbanización de lo rural.

En la foto que tenemos a un principio evidenciamos esta situación de extensión (ampliación) de la mancha urbana en la zona de Cuajimalpa, Huixquilucan y Lerma. Es más que normal ver a lo largo de la carretera y de la autopista que comunica a la Ciudad de México con el resto de la parte poniente del país señales y muestras de la vida urbana al más estilo del centro capitalino. A lo largo de la carretera y de la utopista hay universidades (privadas y públicas), oficinas, centros comerciales, condominios, funerarias, centros de recreación y esparcimiento, oficinas de gobierno e infinidad de servicios que por lo regular sólo podemos encontrar en el centro capitalino o en otras ciudades de mediano tamaño. 

A qué se debe este fenómeno que ha derivado en la ambigüedad de lo urbano y de lo rural, se debe a la urbanización del país o se debe a la estandarización de la forma de vida en las regiones tanto próximas como distantes de los centros urbanos. Ahora este es el nuevo dilema en lo que concierne a dimensiones de lo urbano y de las futuras problemáticas que esto puede acarrear a lo rural y a sus habitantes (estamos hablando de inseguridad, drogadicción, falta de vivienda, etc).

domingo, 20 de febrero de 2011

¿Qué es el Derecho a la Ciudad?

Definición accesible del concepto "Derecho a la CIUDAD", ésta es una reflexión basada en la "Carta de la Ciudad de México por el Derecho a la Ciudad". 

Con el objetivo de difundir el concepto de Derecho a la Ciudad se ha tomado la iniciativa de construir una definición clara y entendible de lo que es ésta palabra para que se pueda distribuir a un gran número de personas. 


Por Derecho a la Ciudad podemos entender a la libertad que tiene cualquier individuo (personal o colectivamente) de involucrarse en aquella decisión que se relacione con la construcción y reconstrucción de su propia ciudad, ya sea que habite, transite o trabaje en dicho lugar.

Con esta definición primero que todo estamos incorporando la idea de libertad que significa que todos pueden o no ejercerla en favor de su persona o beneficio personal; en segundo lugar, se utiliza la palabra individuos porque le corresponde a cada uno participara en las modificaciones que en su entorno se generen; se habla de construcción y reconstrucción porque es necesario que se edifiquen, coloquen e instales todo los elementos necesarios para la convivencia colectiva, ejemplo de esto son parques, escuelas, hospitales, avenidas, etc; y en cuarto lugar se distingue tres niveles de pertenencia de estos individuos a la ciudad, estos son: el individuo viva en tal ciudad (que su casa se encuentre en los terrenos de la ciudad), el individuo use la red de transporte de la ciudad para llegar a su trabajo o vivienda (estos pueden ser metro, metrobus, microbuses, etc.) o  el individuo trabaje en algún punto de la ciudad (sin importar la actividad que desempeñe). Así, el individuo, sin importar quién sea, que tiene una relación con la ciudad debe participar del proceso dinámico de la ciudad.


Estos son los puntos que compondrían una definición de ciudad, pero ahora el conflicto que surge y debe de surgir es cómo lograr que cada individuo que tiene Derecho a la Ciudad lo ejerza de manera apropiada y conforme a sus necesidades personales.

viernes, 18 de febrero de 2011

Tepito: el nuevo barrio

Reflexión basada en el artículo "Tepito: No Thaks, Frist World". 


Tenemos por seguro que cuando decimos que vivimos en una colonia/barrio estamos inmersos en la dinámica de la ciudad de la que estemos hablando; como es el caso del D.F., cuando decimos vivo en la Renovación (Iztapalapa) o en la Paraíso (Álvaro Obregón) damos por entendido que estamos sujetos a cada una de las normas legales y sociales de la ciudad. Pero al parecer no siempre sucede tal cosa, ya que a veces el nivel de integración y (paradójicamente) el nivel de exclusión dentro de una comunidad responde a reglas propias de tal barrio o localidad, en ésta dirección es la que aparentemente se mueve Tépito. 


Desde hace varias décadas reconocemos a Tépito como una zona “ruda”, como una zona en la que las cosas no funcionan como lo hace en otras zonas de la ciudad y como lo demanda la ley escrita (la Ley Orgánica del Distrito Federal y la Constitución). Es bien sabido que ésta región del centro de la ciudad está delimitada y organizada con una serie de reglas diferentes a la que estamos acostumbrados. Tal es la situación  que al parecer el Estado y su gobierno no tiene jurisdicción dentro de esas calles, ya sea por la corrupción o incompetencia del mismo. 



Pero ¿Por qué se habla de que las reglas jurídico-sociales no se aplican a la zona de Tépito? Porque cuando en esas calles suceden o se viven fenómenos de orden público por lo general no se recurre a las autoridades o a las instituciones que podrían brindar auxilio, sino que a través de una rupestre pero bien definida organización se resuelven ya sea con violencia o con algún método de persuasión poco común se llegan a acuerdos que permitan continuar con la vida en ésta zona tosca de la ciudad. 



Pero ante tal situación debemos de preguntarnos ¿si en Tépito se ha avanzado en lo que refiere a formas de convivencia e interacción entre los vecinos o se encuentra este sector urbano en algún punto perdido que le permite funcionar pero que también le puede generar aún más problemas en un futuro inmediato?

martes, 15 de febrero de 2011

Ciudad, ciudadano y ciudadanía

Reflexión basada en la lectura "Cities and Citizenship". 


Por lo general cuando hablamos de ciudadano, ciudadanía y ciudad se sobre entiende que estos están en un campo común; se da por sentado que hay una relación única y perpetua entre estos tres conceptos. ¿Pero es esto verdad o es una perversión de tales conceptos? ¿Qué tipo de relación guardan estos tres vocablos, de dependencia, integración o contradicción? 

La idea de Ciudad remite inmediatamente a conglomerados de personas que habitan en pequeñas regiones que evolucionan en una interdependencia y en una red de relaciones altamente compleja y que determina el comportamiento de los que en ella están inmersos. 


La voz Ciudadanía puede ser entendida como aquel carácter que una persona a nivel individual y colectivo interioriza por el hecho de ser parte de una ciudad y desarrollar su vida dentro de tal contexto. 


Y por último, la palabra Ciudadano sirve para identificar a tal o cual individuo parte de una colectividad que ejerce la capacidad de la ciudadanía y que involucra una toma de conciencia de tal estadio en su persona. 

Esta visión de interacción de los tres conceptos tiene una visión principalmente semántica y de agrupación, ya que sólo se direcciona hacia una particularización de un fenómeno abstracto: si naciste en una ciudad como el DF, entonces tienes la ciudadanía de México y del DF y te identificas como residente ciudadano del DF. 

En contraste, en el contexto de la globalización y su crisis identificación nacional, así como el auge de la urbanización capitalista la relación entre ciudad, ciudadanía y ciudadano debe tomar un matiz diferente. Estos tres conceptos tienen que direccionar para convertirse en los elementos que den espacio a la contradicción de los fenómenos que se experimentan en la vida común.

Al mismo tiempo que utilizamos tales conceptos como medios para entender y lidiar con la contradicción de la vida en común debemos dejar de usarlos, entenderlos y exponerlos como si uno fue un nivel inferior/superior de los otros y comenzarlos a ver como procesos que son propios de la vida violenta en comunidad de hombres y mujeres. 

El siguiente cuadro refleja los postulados expuestos y la dirección que debería dársele a tales conceptos con el objeto de hacerlos operables en la realidad violenta que esta inmersa en el proceso de urbanización de las comunidades humanas. 


domingo, 13 de febrero de 2011

Vivienda diferente a habitabilidad

Basado en el texto: " Espacio Público, Habitabilidad, Vivienda y autoconstrucción: Diagnostico de la calidad de la vida en la ciudad de México". 

¿Cualquier lugar denominado vivienda es un lugar habitable? ¿Cualquier casa cumple con los requisitos mínimos para ser considerado una viviendo óptima y utilizable? Esas son las preguntas que ésta lectura puede generar. Una discusión que se centra en el tema de lo que es lo urbano y de lo que no lo es, y el problema sobre si todo lo que está en la ciudad es urbano o no lo es. 


Muchas de las casas que podemos ver a lo largo de las distintas delegaciones que componen el Distrito Federal tienen un conflicto: las casas nos fueron planeadas, distribuidas y construidas por un diseño gubernamental o comunal que tuviera una definición clara y precisa, sino que fueron un producto de la autoconstrucción capitalina. 


Muchas de las famosas colonias de México como la Buenos Aires o Tacubaya fueron edificadas por los mismos habitantes de esas casas (algunas de ellas con gran destreza y habilidad) pero que no contaron con la planeación necesaria, ya que carecía de algún (os) servicio (s) indispensable (s) como agua, instalación eléctrica, drenaje, etc. Es aquí donde entra la disyuntiva entre vivienda y habitabilidad, puesto que no necesariamente una vivienda es habitable aunque vivan en ellas varias personas. 

Se sobre entiende que una vivienda es aquel espacio en el cual un individuo se refugia para protegerse del calor, frío, hambre y sueño, pero tal vivienda debe de contener requisitos mínimos de construcción para satisfacer tales necesidades, tales características de materiales que generan comodidad, espaciabilidad y estabilidad son entendidas como habitabilidad. 

Con ésta aclaración debemos de indicar que –como lo decíamos- no todas las casas son habitables o cuentan con un grado de habitabilidad, aunque en ellas vivan un sin fin número de personas y he aquí que debemos de tener presente que muchas personas viven en tales condiciones de hacinamiento lo que nos lleva a cuestionar los niveles de vida de éstas personas y por tanto si es que en realidad viven en una situación urbana o en algún espacio intermedio en el conglomerado de la ciudad, y ésta es una discusión que debe plantearse y resolverse en los próximos tiempos.

martes, 8 de febrero de 2011

La democracia profunda.

Reflexión basada en el articulo Deep Democracy: Urban Governmentality and the Horizon of Politics.


Cuando en la actualidad se habla de democracia se tiene presente las prácticas ordinarias de este tipo de regímenes políticos como el sufragio (directo o indirecto), la consulta ciudadana, el referéndum y el plebiscito –ejemplo de ésta situación es México-. Ante tal tendencia debe hacerse la anotación que tales prácticas no son las únicas o las más factibles medidas para hacerse parte de la democracia y por ende en la vida pública de una nación determinada. 

La democracia de ésta forma aprendida y adquirida tiene una lógica vertical que tiene como función principal la de legitimar a los gobernantes y dirigentes nacionales que ocupan cargos que requieren de consenso colectivo para ser desempeñados –esto lo conocemos como una relación de arriba hacia abajo sin retroalimentación-. Pero ésta visión de democracia carece de una noción de integración y de cotidianidad, así como de inclusión para todos aquellas personas habitantes de un Estado determinado. 

Ante tal situación el concepto de “Democracia Profunda (Deep Democracy)” se inserta como una opción para resolver tal problema. Ésta nueva forma de concebir a la democracia tiene un enfoque horizontal con base en la participación ciudadana, la inclusión, la transparencia, la rendición de cuentas, el activismo, entre otras prácticas. 

Sin embargo, este rediseño de lo que debemos entender como democracia debe centrarse en un elementos desgastado y hasta cierto puntos olvidado, el "ciudadano capaz y con facultades de ejercer sus derechos políticos". Esto con la intensión de impulsar un campo de acción y reacción ante problemáticas comunes que sean reales y  cuestionables y no simplemente aceptables. 

Además de tal papel del ciudadano racionalmente participativo, a la idea de democracia profunda debe unírsele la idea de “vida en común” con la intensión de entablar un relación triple entre el gobierno, la sociedad y el mismo individuo para así darle solución a los problemas de la vida pública que tiene un Estado (a nivel federal y/o local) y que deben atenderse de manera eficiente y eficaz.



El siguiente es un diagrama que explica como funciono el ejercicio de la Alianza en India.


lunes, 7 de febrero de 2011

El derecho a la Ciudad

Reflexión basada en el articulo The right to the City.


Todos los individuos que viven en ciudades tan grandes como la ciudad de México se enfrentan a las problemáticas y a los conflictos propios de este estilo de vida. Por lo general cuando se habla de ciudad y sus retos se puede pensar en los problemas sociales y de servicios propios de las metrópolis occidentales como la Ciudad de México.


El Derecho a la Ciudad lo podemos entender como esa libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos, lo cual es uno de los más preciosos aunque uno de los más descuidados de nuestros derechos humanos (Harvey; 2008; 23).


Pero, ¿en realidad ejercemos tal derecho? ¿De verdad estamos consientes de las necesidades que tenemos y de las carencias que tiene la ciudad en la que habitamos a diario en su total o parcial complejidad? ¿De verdad tenemos el suficiente conocimiento del contacto que tenemos con el espacio que habitamos a diario?


Estas son las interrogantes que como habitantes de una ciudad debemos hacernos antes siquiera de plantearnos la idea y por tanto la discusión de la mejor forma para ejercer el derecho a la ciudad que cada uno y en lo colectivo tenemos. Porque mucho podemos decir sobre el transporte público, las calles y avenidas y sobre los espacios de convivencia colectiva, pero cuánto en realidad nos hemos acercado a entender la dinámica, los orígenes, los conflictos, las antiguas soluciones y el balance actual de la ciudad que habitamos.


Se puede afirmar que solo en la medida en la que conozcamos y de verdad habitemos (entiéndase trabajar, transportarnos, consumir, etc.) en la ciudad podemos tener la capacidad de ejercer tal libertad, y con lo cual participar en la mejora, conservación y transformación de la ciudad de la cual cada individuo colectivizado está inmerso.