lunes, 7 de febrero de 2011

El derecho a la Ciudad

Reflexión basada en el articulo The right to the City.


Todos los individuos que viven en ciudades tan grandes como la ciudad de México se enfrentan a las problemáticas y a los conflictos propios de este estilo de vida. Por lo general cuando se habla de ciudad y sus retos se puede pensar en los problemas sociales y de servicios propios de las metrópolis occidentales como la Ciudad de México.


El Derecho a la Ciudad lo podemos entender como esa libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos, lo cual es uno de los más preciosos aunque uno de los más descuidados de nuestros derechos humanos (Harvey; 2008; 23).


Pero, ¿en realidad ejercemos tal derecho? ¿De verdad estamos consientes de las necesidades que tenemos y de las carencias que tiene la ciudad en la que habitamos a diario en su total o parcial complejidad? ¿De verdad tenemos el suficiente conocimiento del contacto que tenemos con el espacio que habitamos a diario?


Estas son las interrogantes que como habitantes de una ciudad debemos hacernos antes siquiera de plantearnos la idea y por tanto la discusión de la mejor forma para ejercer el derecho a la ciudad que cada uno y en lo colectivo tenemos. Porque mucho podemos decir sobre el transporte público, las calles y avenidas y sobre los espacios de convivencia colectiva, pero cuánto en realidad nos hemos acercado a entender la dinámica, los orígenes, los conflictos, las antiguas soluciones y el balance actual de la ciudad que habitamos.


Se puede afirmar que solo en la medida en la que conozcamos y de verdad habitemos (entiéndase trabajar, transportarnos, consumir, etc.) en la ciudad podemos tener la capacidad de ejercer tal libertad, y con lo cual participar en la mejora, conservación y transformación de la ciudad de la cual cada individuo colectivizado está inmerso.

  


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